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Nacido para ser libre...


Una bella reflexion que quise compartir con ustedes

Nacido para ser libre

Sí, naciste para ser libre, libre de cualquier cosa que te impida
darte cuenta de tu potencial, libre de expresar tu verdadero ser
espiritual.

Lograr la libertad espiritual es un trabajo interno. Comienza con tus
pensamientos y sentimientos. Así como piensas y sientes habitualmente
de ti y de tu vida, en eso te conviertes y conviertes tu vida.

Aunque es verdad que hay muchas cosas que nos impiden desarrollar
nuestro potencial plenamente, hay también muchas cosas que podemos
hacer para vencer los obstáculos y asegurarnos de seguir creciendo
espiritualmente hasta la plenitud.

La buena noticia es que hay ayuda disponible a lo largo del viaje, si
elegimos aceptarla, de parte de los grandes maestros quienes ya han
señalado el camino, de organizaciones espirituales como Unity y de
Dios, Quien nos ama lo suficiente para poner todo a nuestro favor.

El camino a la libertad espiritual bien vale la pena. Nos guía a la
perfección y a darnos cuenta de nuestro potencial como seres
espirituales de forma humana. Nos lleva al potencial más elevado que
tenemos —como hijos e hijas de Dios.

Si estás listo y dispuesto a dar el próximo paso con nosotros hacia la
libertad espiritual, descubrirás (o por lo menos recordarás) algunas
maneras efectivas de vencer los obstáculos más grandes en el camino.
No tienes nada qué perder —excepto lo que te pueda estar impidiendo
disfrutar de la libertad verdadera y duradera

Libertad espiritual

"Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y
no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud."
—Gálatas 5:1

La libertad a la que se refiere Pablo en su epístola a los Gálatas fue
la libertad espiritual: la liberación profunda del alma de quienes
viven según el Espíritu y no el ego humano ni los valores mundanos. Él
instaba a los gálatas a que se emanciparan espiritualmente, a que
despertaran completa y permanentemente a su pleno potencial.

Nosotros, también, somos llamados a la libertad espiritual.
Para esto es necesario que liberemos todo lo que nos impide expresar
nuestro ser más elevado y llevar a cabo nuestro propósito divino. Al
dejar ir el "yugo de la esclavitud", debemos apropiarnos de la mente
de Cristo como fue revelada por medio de Jesús y otros grandes
maestros.

La Verdad os hará libres

Cuando tenemos la mente de Cristo, conocemos la Verdad y la Verdad nos
hace libres —libres de la esclavitud del temor, la ignorancia y de las
actitudes e ideas negativas.

Según Charles Fillmore, cofundador de Unity: "Nunca podremos conocer
el significado completo de la libertad hasta que moremos en la
conciencia crística". En otras palabras, para ser verdaderamente
libre, debemos pensar, sentir y vivir como seres crísticos —eso es,
como verdaderos hijos e hijas de Dios.

¿Qué nos impide disfrutar de esta clase de libertad? Emmet Fox revela
la razón de esto en la siguiente historia memorable de su folleto The
Mental Equivalent (El equivalente mental) publicado por primera vez en
inglés por Unity en 1943.

La historia tiene lugar en la Edad Media, un hombre estuvo prisionero
en un calabozo oscuro por veinte años. Durante todo ese tiempo, él no
vio a nadie más que a su carcelero, quien venía a su celda una vez al
día con pan y agua.

Finalmente, el prisionero estaba tan enloquecido que decidió atacar al
carcelero, con la esperanza de que éste lo matara en defensa propia y
terminara con su vida miserable. A medida que se preparaba para el
ataque, el prisionero examinó la puerta de su celda y encontró que no
estaba cerrada con llave. Sorprendido, descubrió que ¡nunca había
estado cerrada con llave! Entonces abrió la puerta y escapó
rápidamente, pasando por el frente de algunos guardias que lo
ignoraron completamente. Consiguió llegar a su casa y vivió feliz para
siempre.

Como lo explica Emmet Fox: "Él pudo haber hecho esto en cualquier
momento durante esos largos años si hubiera sabido la verdad, pero no
fue así. Era un prisionero, no de piedra y hierro, sino de creencias
falsas. No estaba encerrado con llave; solamente pensó que lo estaba.
Por supuesto, ésta es solamente una leyenda, pero es extremadamente
instructiva".

Fox continúa: "Todos estamos viviendo en algún tipo de prisión,
algunos de nosotros en un tipo, otros en otro; algunos en una prisión
de escasez; algunos en una de remordimiento y resentimiento; algunos
en una prisión de miedos ciegos y poco inteligentes; algunos en una de
enfermedad. Pero siempre la prisión está en nuestros pensamientos y no
en la naturaleza de las cosas. La enseñanza de Jesucristo dice: 'No
estás encerrado en una prisión de circunstancias. No estás encadenado
en un calabozo. En el nombre de Dios, abre la puerta, sal y sé
libre'".

Tu poder de decisión

De nosotros depende el reconocer que siempre hemos tenido el poder de
elegir y cambiar. Aun si hemos tomado malas decisiones y nos hemos
sentido dominados por los malos hábitos y las malas influencias la
mayor parte de nuestra vida, podemos cambiar el rumbo ahora mismo.
Podemos, con la ayuda siempre presente de Dios, eliminar las cadenas
autoimpuestas —una por una, decisión por decisión.

Las siguientes cuatro maneras pueden ayudarte a eliminar cualquier
obstáculo para la libertad espiritual.

1. Ora y medita diariamente. Minutos de oración y meditación
enfocadas cada día pueden marcar una pausa profunda en tu vida —en tu
apariencia, tu salud y tu éxito. Charles Fillmore dijo: "Sin oración
ni meditación espiritual no puede haber concepto de desarrollo
espiritual y, por ende, no puede haber demostración de ella. La
libertad espiritual solamente se obtiene por medio del desarrollo
espiritual logrado en largas horas de comunión con Dios en el
silencio".

2. Deja ir cualquier cosa que sabes que te impide avanzar. Pide a
Dios por guía al hacer esto y para que te revele cualquier cosa que no
sepas que te está retrasando. Suave pero firmemente, niega las
creencias falsas y afirma la Verdad como te es revelada. Al hacer
esto, edificas un "equivalente mental" para reemplazar lo que dejas
ir. En otras palabras, si dejas ir una creencia en el miedo,
reemplázala al afirmar tu fe. Si dejas ir una creencia en la
enfermedad, reemplázala al afirmar salud. Si es una creencia en una
escasez que estás eliminando, afirma prosperidad. A la larga, al
persistir en esta práctica de negar y afirmar, la Verdad prevalecerá
en tu vida.

3. Crea el medio ambiente que más te apoye. Cultiva relaciones
personales positivas. Ve lo mejor en los demás, y ellos harán lo mismo
contigo. Reemplaza el desorden en tu vida con orden, eficiencia y
belleza. Crea un lugar tranquilo donde puedas ir a orar, meditar, leer
o escribir cuando lo desees. Dedícalo solamente a propósitos
espirituales y decóralo con objetos que tengan un significado
espiritual profundo para ti, tales como cuadros de grandes maestros
espirituales o fotos de la naturaleza. Si lo deseas, puedes incluir un
mueble para colocar material edificante, especialmente la Biblia y
otros libros sagrados, y un escritorio donde escribir tu diario o
recibir la inspiración que viene a ti en el silencio. Otros objetos
podrían incluir una vela, incienso, un aparato para tocar casetes o
CDs y escuchar música o charlas edificantes y, por supuesto, una o dos
sillas cómodas.

4. Haz lo que te gusta y ama lo que haces. Si estás inspirado por un
gran propósito o una obra para tu vida, dedícate a esto y renovarás tu
energía, expandirás tu mente y te sentirás más libre que nunca. Confía
en Dios para que te revele tu camino único de servicio y la mejor
manera de seguirlo.
El regalo de la libertad

En la Verdad, el regalo de la libertad espiritual siempre ha sido
nuestro. Nacimos con él. Ahora, al tomar la mente de Cristo —el modelo
divino para nuestra perfección— podemos reclamar nuestra verdadera
libertad y nacer de nuevo.

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas
viejas pasaron; todas son hechas nuevas."—2 Corintios 5:17
Afirmación:

Soy libre con la libertad del Espíritu. Vivo libre y plenamente al
utilizar las cualidades divinas de sabiduría, fortaleza y poder que
moran en mí.

Comentarios

Lola Morales dijo…
te felicito, unas enseñanzas muy necesarias en los tiempos que corren... reflexionemos en Dios es el verdadero poder.
saludos Lola
www.aladial.com

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