La reflexión de esta semana es relativa a el Salmo 23 o Salmo de
David, talvez uno de los más conocidos, inclusive por aquellos que no
se dedican a leer las escrituras de manera profunda. Muchos atribuyen
a este salmo el poder de la "protección" y otros hablan del gran
"poder" del Salmo 23.
Sin embargo, si analizamos el salmo 23 podemos ver que es una
secuencia de afirmaciones sobre una relación ciega hacia Dios que no
conoce dudas. La belleza de este salmo está en esas afirmaciones..El
Señor es mi pastor y nada me puede faltar...NADA...
Entendemos acaso el verdadero significado de ese "Nada me puede faltar
porque el Señor es mi pastor"??, afirmamos que como sus ovejas estamos
seguros de que nuestras vidas están completas pues nuestro Dios, como
el Buen Pastor que es, se ha asegurado de que tenemos y tendremos todo
lo que necesitamos a su tiempo. Al verlo desde este punto de vista,
me cuestiono yo misma las veces que le hemos pedido al Señor que nos
de ciertas cosas...cómo si el fuera un Pastor que no está atento a las
necesidades de sus ovejas, pedimos...cuando en realidad El sabe
exactamente lo que necesitamos aún antes de que se le pida.
Esto pone en cierta perspectiva entonces nuestras oraciones a
Dios...pues muchos solo nos acordamos de pedir...y que pasó con dar
las gracias?...dirás pero hoy no pasó nada especial por qué le tengo
que dar gracias?...pues claró que pasó...por ejemplo esta mañana, pude
abrir mis ojos a un nuevo día cuando hay tantos que talvez no pudieron
ver esta gloriosa mañana, me tuve que levantar temprano para ir a mi
trabajo cuando hay tantos que hoy no tienen uno, tengo salud, paz,
amor... Qué más puedo pedir!!!!
Tengo un testimonio muy bueno sobre como Dios cuida de nosotros y como
obra en nuestras vidas de manera que muchas veces puede dejarte
boquiabierto. Cuando comenzé mi tratamiento de fertilidad hace unos
cuantos meses, el primer ciclo iba todo de maravilla, cuando fui a
llevar los resultados de una sonografía donde el Dr. el procedió a
indicarme una inyección, al escribir la indicación me dice "le voy a
dar el número de teléfono del laboratorio para que la compre allá pues
es un poco costosa". La verdad un poco de desilución se apoderó de
mí, pues como iba yo a costear un tratamiento mensual que el Dr.
catalogaba de "un poco costoso". Sin embargo, yo había decidido que
yo conocía las promesas de Dios para mi vida y que solo tenía que
apropiarme de ellas a través de la fé...esta nueva situación requería
de mí un salto de fé...salía del consultorio del Dr. y podía escuchar
a Dios susurrarme al oído "Hija mía...yo te pedí que tomaras la
iniciativa...soy tu Buen Pastor...yo te voy a proveer de lo que
necesitas".
Pues, tomé el telefono y marqué al lugar donde vendían la inyección,
me dijeron el precio y yo colgué la llamada y le dije "Señor, ahora
necesito de tí...yo sé que tú ya tienes asignado para mí ese dinero en
algún lugar", procedí a marcar el no. telefónico para consultar mi
cuenta bancaria y descubrir que me habían reembolsado una reclamación
que había puesto al banco y la cantidad cuadraba al centavo con el
costo de la inyección.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
Aunque el tratamiento no ha dado como fruto aún un embarazo, mes tras
mes, ciclo tras ciclo Dios me ha provisto con todo lo que he
necesitado desde el punto de vista material pero más importante desde
el punto de vista espiritual para caminar por esta senda. El, como
buen pastor se ha encargado de alimentar mi alma y cubrir mis
necesidades.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza
Del mismo modo he entregado en las manos del Señor miles de
situaciones y para mí este ha sido el verdadero cambio, mi verdadero
re-encuentro con El...y El como el Buen Pastor siempre actúa...por
primera vez en mi vida lo he dejado a El dirigirme como parte del
rebaño en vez de yo tratar de dirigirlo a El y las maravillas se han
multiplicado en mi vida.
Aunque esté pasando por un desierto...sé que mi Buen Pastor me guia
hacia la tranquilidad del oasis, es cierto que el sol y el calor del
desierto pueden hacerme dudar, sin embargo mi Pastor sabe cuando hará
sonar el silbato para dejarme ver que él sabe hacia donde vamos y
porqué eligió ese camino.
y Tú...estás dejando a Dios ser tu Buen Pastor?
Que tengan un lindo fin de semana
Comentarios