Querida Familia
La reflexión de la semana está llegando un poco tarde, sin embargo
esto solo es en mi tiempo pues en el tiempo de Dios está llegando en
el momento perfecto.
Estuve ojeando mis lecturas para buscar el tema "perfecto" para esta
semana, sin embargo por más que ojeaba no podía "ver" nada que sonara
bien. Han de creer que me leí el libro de las Epístolas de Santiago
completo?. Sin embargo de todo lo que leí solo el testimonio de
Martín Medina en el Rayo de Luz de Febrero atraía mi atención pues
habla de Fé y de sentir el llamado de Dios. Eso hizo que recordara
una lectura de Enero donde se hablaba de la Fé y así fué como encontré
a San Marcos, Cap. 4 Versículos del 35-41.
Mientras leía esos versículos que habla de los discipulos que iban en
la barca con Jesús, el se queda dormido, llega una tormenta, ellos lo
despiertan pensando que se van a hundir, Jesús reprende al viento y a
las olas y todo se calma. Sin embargo...no fue la escritura que llamó
mi atención ni la falta de Fé de los discipulos en ese momento...fué
la palabra "Barca" que llamó mi atención y me hizo recordar una
melodía que es una de mis preferidas
Una de sus estrofas dice "Señor...me has mirado a los
ojos...sonriendo...has dicho mi nombre...en la arena he dejado mi
barca....junto a tí buscaré otro mar", por algún motivo siempre he
asociado esa bellisima canción con el momento en que uno parte de este
mundo terrenal y pasa a formar parte del Reino de Dios.
Hoy he hecho otra asociación de esa canción!
Muchos de nosotros talvez ya hemos tenido un punto en el que hemos
dejado nuestra barca, es ese despertar, esa liberación del espíritu.
Puede llegar en el momento en el que menos lo esperamos y a través de
la vía que menos pensamos. De repente nos damos cuenta que Dios nos
ha sonreído, ha dicho nuestro nombre...es allí cuando dejamos nuestra
barca en la arena para buscar junto a él otro mar.
Esa barca que dejamos es nuestra vida pasada y entonces comenzamos una
de las más bellas búsquedas de todas...la búsqueda de ese otro mar,
esa otra vida llena de la gracia de Dios y a partir de ese momento ya
no hay retorno y nos preguntamos, cómo es que pude vivir hasta ahora
sin El como parte activa de mi vida?
Así como me encontró el tema para esta semana, así mismo llegó mi
llamado personal, de una manera sencilla, sin alarde y por la vía que
menos esperaba. Los exhorto a que de manera individual busquen dentro
de sí el llamado personal de Dios en sus vidas. Muchas veces es solo
una frase en la parte de atrás de un autobús y otras veces un sueño
que no te puedes sacar de la cabeza. Sea cual sea la manera...Dios
está siempre diciendo nuestro nombre, siempre tratando de mirarnos a
los ojos y siempre feliz de que dejemos nuestra barca y busquemos otro
mar a su lado.
Que tengan una semana llena de paz!
Comentarios