Muy buenos dias
El día de ayer mientras leía el Aposento Alto me encontré con una lectura hermosísima y quiero compartir con ustedes mis pensamientos al respecto. El título es tiempo para esperar y hace referencia a Eclesiastés Cap. 3 Ver. 1-15.
"En este mundo todo tiene su hora; hay un momento para todo cuanto ocurre", Eclesiastés Cap. 3 Ver. 1.
Dos pensamientos diferentes vienen a mi mente con esta frase tan bella. El primer pensamiento es relativo al tiempo o los tiempos de espera que cada uno de nosotros ha tenido que vivir de manera personal. Cuántos no hemos orado(a) por algo que entendemos necesitamos en nuestras vidas? que si ese trabajo anhelado, que si la salud nuestra o de algún ser querido...en fín, creo que todos(as) nos identificamos de una manera u otra con algo...Casi siempre la respuesta a esa oración toma su tiempo.
Sin embargo, la mayor parte de las veces que pedimos a Dios en oración por algo, lo hacemos porque desde nuestro panorama, necesitamos eso que pedimos y lo necesitamos YA!. Sin embargo Eclesiastés nos recuerda que En este mundo todo tiene su tiempo!, y ese "tiempo" no es el nuestro, es el tiempo de Dios. Tal como dice el Aposento Alto, "El desafío en tiempos de espera es aprender a depender de Dios y vivir en su tiempo". Si miramos nuestras vidas nos daremos cuenta que es sencillo depender cuando de aquel que se depende es tu buen amigo que vive en la esquina o aquel familiar que te prestará el dinero que tanto necesitas...Sin embargo, depender de Dios es más complicado de lo que suena y para aquellos que recién iniciamos nuestro caminar de la mano con Dios es un salto de fé sin precedentes. Nos vemos tentados muchas veces con pensamientos que tratarán de alejarnos de esa "dependencia" de ese "dejar ir", pero cada vez que vencemos uno de esos pensamientos estamos afianzando nuestra fé y cultivando nuestra relación con Dios.
El siguiente pensamiento que llega a mi mente es aquel relativo a la muerte...todos hemos perdido un ser querido alguna vez, puede haber sido una muerte que no nos tomó por sorpresa o una muerte que vino sin que remotamente la hayamos imaginado. El dolor de la pérdida se hace evidente y siempre nos preguntamos si ese ser querido se nos fué a destiempo...Existe un momento para todo cuanto ocurre, inclusive la muerte. Aunque dolorosa, debemos recordar que cada quien viene con una misión, con un propósito divino y con un tiempo que no es el nuestro. Así mismo como llega el tiempo de la muerte llegará el tiempo cuando nos volvamos a ver, en otro espacio, en otro "tiempo" si así queremos llamarlo...Por eso la frase que aunque parezca trillada tiene tanto sentido cuando se espera en el Señor "no es un Adios, es un hasta luego".
Dios tiene su tiempo, el tiempo en que El y solo El sabe cómo y por qué ocurriran las cosas, ese tiempo regularmente no es el nuestro. Tendemos a creer que las cosas deben ocurrir siguiendo el patrón de tiempo y de sucesos que nosotros hemos trazado cuando en realidad no es así.
Pienso que Eclesiastés nos recuerda que al orar, amigos míos, recordemos pedir a nuestro Dios por esas cosas que queremos y como digo yo "siempre y cuando Señor, vengan en tu tiempo y sean para cumplir el propósito que tú tienes para mí aquí en la tierra"
Un abrazo fuerte y que tengan una linda semana!
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