Querida Famila
Al finalizar esta semana les confieso que necesitaba un milagro, entre
todas las noticias desagradables y el ajetreo de la oficina, tenía
dentro de mí la imperiosa necesidad de ver un milagro...Como si Dios
no tuviese suficiente, ahí estaba yo con un tambaleo de la Fé y
pidiendo nada mas y nada menos que un milagro.
El deseo del milagro no me parecía en aquel momento tan loco como me
parece ahora, de repente quería ver algo despampanante, algo que me
asegurara que Papa Dios no se había olvidado del mundo...un "no se
qué" tan demoledor que no me dejara dudas.
Pero bueno...para colmo el Rayo de Luz de hoy hablaba del Milagro de
la repartición de los panes y de los peces. Vaya ironía, aquí estaba
yo, avida de ver un milagro y como si fuera poco se ponen a recordarme
Milagros anteriores. Me sentía como aquella persona que estando a
dieta le recuerdan lo rico que es una Tarta Desiree de Españolerías
(si Haydee...tratemos de no volver a hablar de eso en la hora de
almuerzo).
Sin embargo...de repente...pasó. Justo frente a mis ojos, allí, cómo
si Dios hubiese sabido que exactamente hoy yo iba a pedir un
milagro...pasó uno. No se emocionen...les adelanto solamente que fue
un milagro tan sutil, tan ligero, tan personalizado que solo yo pude
haberme dado cuenta.
Cómo si nada hubiese pasado miré por la ventana de la oficina y todo
seguía igual en el mundo...y allí estaba yo, en mi oficina
presenciando un milagro. Si, Dios me contestaba directamente, como si
el hubiese sabido que hoy venía ávida de escuchar de milagros...me
brinda la oportunidad de escucharle, de contestarme al momento. El
mismisimo Dios...imagínense, el tipo (y se que a Gricel le encanta
cuando le digo así) que tiene a su cargo taaaaantos problemas se tomó
su tiempo para contestarme.
(Abro un paréntesis para decir que no estoy loca, ni oyendo voces y
mucho menos tomando medicamentos alucinantes)
Esta vez eligió Dios el Rayo de Luz para comunicarse y esto es lo que me dijo:
Hija, eres imperfecta, yo lo sé, te equivocas a cada rato, "metes la
pata" y aún así yo continúo poniendo en tus manos grandes
responsabilidades, ministerios, misiones, sueños, anhelos en tu
corazón y tantas otras cosas.
Quiero que tu relación conmigo sea basada en la confianza y seguridad
de que yo siempre te estoy observando, listo para aprobar con mi
cabeza cuando las cosas que haces las haces acorde a mi palabra. Sin
embargo, el hecho de que todo esté en mis manos no significa que debas
actuar como un ser pasivo, para poder multiplicar mis obras, mis
sueños, mis anhelos, mis obras y mis misiones estoy esperando que tu,
hija mía me digas "Papá quiero ayudarte".
Cómo ahora sé que tengo tu atención y que quieres ayudar, veo que tu
interés está en los milagros te cuento. Para hacer un milagro
necesitas tener tres cosas en mente (hasta aquí todo va sencillo....mi
Papa Dios sabe mis limitaciones).
1. Tiempo (me desilucioné un poco aquí puesto que tiempo casi nunca
tengo y Grace...gracias por ese super email de las cosas realmente
importantes...me llegó hondo). El tiempo me explicó con paciencia lo
necesito para ver, escuchar, para hablar (si Miguel...hablar más de lo
que hablo), para amar, para ir al encuentro. Dios termina
preguntándome Para qué quieres tu tiempo, si no es para hacer algo
duradero y que merezca la pena, algo para la eternidad?.
2. Observar. Necesitas observar las necesidades de tus hermanos,
darte cuenta a quienes le falta el pan y lo necesario para vivir de
manera digna. Darte cuenta hija que la gente está hambrienta de pan,
de educación, de compañía, de justicia, de amor...estan hambrientas de
mi palabra inclusive.
3. Actuar. No bastará solo con que saques el tiempo y lleves a cabo
el proceso de observación sino estás dispuesta a hacer algo al
respecto. Ese algo hija, puede ser pequeño y limitado y se que eres
una de mis hijas mas cuestionadoras y rebeldes, así que te adelanto
que aunque lo que tengas te parezca poco mi hijo Jesús, que pudo
perfectamente hacer aparecer los panes y los peces en ese milagro, se
valió de un muchacho que solo tenía 5 panes y un par de peces pero que
le sobraba deseo de ayudar.
Por ende hija...para realizar Milagros necesito de tí, quiero tu
colaboración en el milagro.
Al finalizar su mensaje, me dí cuenta que al pedir un Milagro, obtuve
mi milagro, tuve una comunicación directa con Dios...ese fue mi
milagro personal, mi testimonio de que él sabe cuales son las
preguntas y redacta las respuestas mucho antes de que nosotros
formulemos la pregunta. Sin embargo al mismo tiempo comprendí que los
milagros muchas veces necesitan de un instrumento, un canal para ser
llevados a cabo...y que yo acababa de decir "Papá yo quiero ayudarte"
Que tengan un lindo fin de semana!!
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