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Derecho hasta la Lincoln....


Dicen que en este pais el que anda a pié no es gente. Claro está difiero mucho de ese concepto porque principalmente en los últimos años las personas a cargo de un volante en República Dominicana se han dado a la tarea de demostrar que los que andan montados son los que no son gente. Pero bueno...al fin la historia no va por ese lado.

En mi casa nunca hubo vehículo es decir que tanto mi hermana como yo todo lo hacíamos tomando el siempre deficiente transporte público de República Dominicana. Cuando salí del colegio tenía pleno conocimiento de que mi familia no podía pagar una universidad que no fuera la estatal (alias UASD) y como yo no tenía ánimos de coger gramita 011 ni huelga 101 (digo conozco mucha gente seria que se graduó de la UASD y no quiero que me malinterpreten puesto que no estoy denigrando la universidad pero hace unos años no era ni la sombra de lo que es ahora)...continuando con mi historia... me lanzé a buscar una beca en alguna universidad privada. Como mi papa Dios nunca me desampara recuerdo que fuí a buscar datos de inscripción en PUCMM...solo para averiguar porque con que carajo iba yo a pagar PUCMM.

Mientras estaba en el Departamento de Registro me encontré con la mamá de un estudiante que venía a depositar los papeles, la fecha límite de inscripción era 4 dias después y ella me explicó como había optado por una beca que estaba dando el Banco Central. Llamé al Banco Central y me pidieron una serie de documentos que conseguí en menos que canta un gallo (claro gracias a mi Papá que siempre se ha destacado por ser el que nos consigue todos los documentos gubernamentales y demas...digamos que es como nuestro tributario).

Tomé el examen de admisión y recuerdo que tuve que pagar 275 pesos que era para mí todo el dinero del mundo más veinte pesos. Mis notas fueron sobresalientes (gracias a mi Papá y mi Mamá que nunca aceptaron charlatenerías con las notas) y recibí una comunicación del Banco Central diciéndome que había sido aprobada dentro del programa de becas y que para mantenerlo debía presentar un índice académico no menor a 3.0.

Todavía puedo revivir la emoción de aquel día cuando fuí al Departamento de Admisiones a buscar mis notas y la carta que decía si me habían dado la beca o no. Recuerdo que fui sola y que cuando me dieron el sobre salí de allí y me senté en un banco en una de las áreas verdes de la que es hoy en día mi alma mater...con manos temblorosas abrí aquel sobre manila con el logo de la universidad que contenía dentro la posibilidad de un futuro un poco más promisorio...en esa época no había celulares (y si los había mi estatus económico no me había permitido conocerlos) y recuerdo que corrí a un teléfono público del pasillo de la universidad, llamé a mi casa y se lo dije a mi mamá. Todavía puedo escuchar sus palabras que gritaron "Manuel...le dieron la beca a Karolyn".

Así comenzé a asistir a la Universidad, claro está daba un millón de viajes y muchas veces me quedaba corrido en la biblioteca para no gastar en carros públicos y así aprovechar las horas y hacer mis tareas pues los libros eran carísimos. Fue de esta manera como el trayecto de mi casa al parque Independencia para pedir un carrito o una voladora "derecho hasta la Lincoln" se hizo popular y parte de mi día a día(había que aclarar pues algunos pendejos choferes solo querían llegar por el mismo precio hasta la Tiradentes).

Al avanzar los semestres, salir del ciclo básico y entrar de lleno en carrera las clases se hicieron más fuertes, comenzé a trabajar por la mañana y estudiar de noche por lo que llegaba extenuada a cenar, hacer tareas y acostarme. Yo tenía la costumbre de acostarme en la cama de mis padres pues ellos se iban a dormir a las 12 de la noche y en ese momento me despertaban y yo me pasaba a mi cama entonces.

Sin embargo...siempre sufría de anemia y era medio flaquita en el colegio (que tiempos aquellos!) y mi mamá mortificada porque su hija no fuera a coger una anemia preparaba batidas de noche de lechoza con leche y me daba un vaso. Siempre tenían que irme a despertar para que me la bebiera antes de irme a dormir. Fue en una de esas ocasiones cuando mi mamá me fué a despertar que yo, aún durmiendo, levante el brazo y en la señal que todos conocemos dije....

"Derecho hasta la Lincoln..."

Ese fue el chiste del siglo en mi casa y creo que todavía recuerdan ese episodio y la risa que nos dió a todos en aquel momento.

Las cosas han cambiado mucho desde aquel entonces...cada día doy muchas gracias a Dios por las cosas y situaciones que puso en mi camino para hacer de mí hoy mejor individuo. Cuando pienso en deprimirme porque la cosa está "mala" pienso en las comodidades que tengo ahora y que no tuve durante prácticamente toda mi vida y que aún así no parecían hacerme falta. Comparo aquella época y es hasta cómico darse cuenta que aquella "lucha" que cogí para alcanzar lo que tengo ahora fue lo que realmente me forjó...lo que realmente me hizo lo que soy.

Y me río al ver...que unos años más tarde cuando ya no soy peatona los que realmente no se han deshumanizado...los que no son "gente" son aquellos con un guía en la mano...espero recordar eso el día que tome las calles de Santo Domingo en mi vehículo, cuando por mi mente pase meterme en vía contraria, cuando quiera con la bocina lanzarle un misil al estúpido de alante y cuando el tránsito del país quiera ahogarme...espero si ser "gente" y es que se lo debo a mis colegas peatones!!!

(Aclaración...no soy peatona relativamente porque no he sacado la licencia, mi esposo me lleva a todas partes y lo odia y para colmo yo siempre ando prometiendo que la voy a sacar y no lo hago...asi que si mi querido esposo pensaba recordármelo cuando leyera este post ya no tiene que hacerlo)

Comentarios

Carolin Guzmán dijo…
Ay que risa Karolyn, tú con tu dedito diciendo "derecho hasta la Lincoln" me imagino la risa de toda tu familia. En una cosa estoy de acuerdo contigo los peatones son más "gente" que muchos que tienen un volante en la mano.

Saluditos y todavia me estoy riendo jejejeje Que cura!
Karolyn dijo…
Jejejejej asi mismo Carolin, siempre se andan riendo y haciendo el cuento. De que los peatones son mas gente claro que son mas gente...
Anónimo dijo…
Coño Karolyn que historia tan bella la de tu deseos de superacion de veras este post es bastante inspirador y te felicito!!........De veras que hasta una lagrimita me salio pero vamos a atrivuirselo a una pajita en el ojo ya que yo no soy un lloron!
Por otro lao yo aca en Dominicana nunca fui peaton pero si en otros paises y te dire la verdad ni aqui ni en europa,ni en la siberia ,ni en el sahara, ni en la conchinchina el peaton es gente!..Muy bonito hacerlo por unos dias!...Te subes al metro y te bajas!,que bonito no?........Haganlo to los dias para que vean lo que es candela aca el servicio de transporte es algo mas personalisado hasta la esquina chofer y cuidao con cruzarme!
Cheluca dijo…
La diferencia entre un perro en una funda y un peatón es la funda... jaja
Lo dice una que anduvo subiendo en carros con goteras, que cuando llovía era un lío conseguir espacio seco, que cuando se te montaba un moreno con el sudor se te pegaba en la ropa... mana... yo sé lo que es eso...
Gracias al barbón de Hubieres me apreté los pantalones y pedí mi préstamo que gracias a Dios estoy pagando para andar en mi carrito...
Es buen ejercicio acordarse de las penurias cuando uno está acomodado y quejándose por otras vainas...

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