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Lo que nadie me dijo del Embarazo...


Cuando has luchado contra la infertilidad por 6 años y quedas embarazada por primera vez se abre ante ti un mundo amplio de términos médicos que aprender, de exámenes que realizarte y de miedos a los cuales enfrentarte. Evidentemente ocurre, como ocurre con todo, que se da un choque entre la realidad de lo que enfrentas, lo que habías llegado a pensar que enfrentarías y lo que otras personas piensan que deberías estar enfrentando.

Fue así como descubrí una lista interminable de cosas que nadie nunca me dijo del embarazo. Talvez son cosas que me han pasado solo a mí o algunas que se han mantenido en secreto durante siglos para asegurar que se mantenga el ritmo de la reproducción de la especie humana.

Nadie me dijo que cuando viera esas dos rayitas en la prueba de embarazo entraría en un estado de shock que no me dejaría llorar...sino más bien que me haría preguntarle a mi marido una y otra vez "que hacemos ahora?".

Nadie me dijo que dicho estado de shock duraría hasta que me hiciera aquella primera sonografía donde solo se veía una bolita...nadie nunca me advirtió que aquella bolita sin forma, sin rostro aún iba a robarme el corazón y que aquel latido acelerado que se escuchaba por el sonógrafo iba a hacerme llorar desconsoladamente.

Nadie me dijo que los "malestares del embarazo" iban a durarme casi 5 meses, y lo más sorprendente es que nadie nunca mencionó que me gustaría sentirme mal, que me sentía superior por poder vomitar mi almuerzo, que mi corazón solo le repetía a mi cerebro "oye vas a ser mamá" y lograba salir de cualquier baño con una expresión cálida y sintíendome tan afortunada que realmente no me importaba en lo absoluto el famoso malestar del embarazo.

Nadie me dijo que rebajaría 14 libras por los famosos malestares y que iba a llorar y a preocuparme porque, luego de una vida luchando por bajar de peso, a mi ahora solo me preocupaba que el bebe estuviese comiendo bien aunque eso significara aumentar 30 libras.

Nadie me dijo nunca que me enamoraría más de mi esposo, que ver sus ojos brillar durante aquella sonografía donde solo tenia 15 semanas de embarazo pero ya se podía ver el bebé seria el más hermoso regalo que me ha dado. Que la calidez de sus manos sobre mi vientre me haría dormir toda una noche, que sus besos tendrían otro sabor, que nuestra relación alcanzaría otro nivel...que de repente nos convertíamos en cómplices, en amigos, en amantes...en padres.

Nadie me dijo que me encantaría ir al Dr., que aprendería su número de teléfono y olvidaría todos los demas. Que llegaría a disfrutar ir al Laboratorio a sacarme litros de sangre y que esperaría con ansias los resultados. Que aprendería a leer los resultados como toda una bioanalista y que los términos médicos del embarazo formarían parte de mi vocabulario y que podría hablar con mi Dr como si yo misma hubiese ido a la escuela de medicina.

Nadie me dijo que en vez de pensar en rosado o en azul, en lazos o en camiones, me preocuparía más por la salud de mi bebé al punto de no importarme el sexo. Fue interesante ver como aquella promesa que hice a Dios hace años de no averiguar el sexo del bebé cuando quedase embarazada y la cual pensé sería tan difícil de cumplir se ha hecho tan sencilla...

Nadie me dijo que el mundo me llamaría complicada, excéntrica, rosca izquierda, entre otros calificativos solo porque las cosas "normales" perdieron sentido desde aquel día donde vi esas dos rayitas. Que la ropa Osh Kosh para el bebé o el último modelo de silla de carro me iban a importar un bledo porque al final yo lo que quiero es un bebe sano en mis brazos.

Nadie me dijo que las cosas materiales perderían su valor tan rápidamente. Que en vez de soñar con aquel conjunto de Bebelandia yo soñaría con las noches sin dormir, darle el seno a las 3 am. mientras el mundo duerme, cambiar pañales sucios...eso que me bautizará como madre.

Nadie me dijo que me convertiría en madre desde el minuto que ví esas rayitas, que me preocuparía por cualquier cosa, que se me quitaría el sueño de solo pensar que algo malo le podría pasar a mi bebé y que sería capaz de renunciar a cualquier cosa con tal de que ese ser que crece dentro de mí este bien.

Nadie me dijo que mi barriga se convertiría en dominio público. Que a la gente le gustaría sobar mi panza como lo hacen con el Buddha. Lo que es peor...nadie me dijo que me sentiría invadida, recelosa...como si fuera una Leona protegiendo a su cachorro yo sentiría y tendría que luchar con el deseo de gritarle al mundo que no tocara a mi bebé sin preguntarme.

Nadie me dijo que comprendería como se siente un milagro dentro de mí, que mi relación con Dios se haría más fuerte...más robusta. Que aunque me sentiría mamá desde un principio sentiría también que me habían confiado un milagro de Dios para que lo criara...que mi fé se vería fortalecida, que sentiría ahora un lazo especial con Dios...mucho más fuerte y que no puede explicarse.

Nadie me dijo que un par de pataditas de mi bebé haría que el mundo se detuviera...no la primera vez...sino todas las veces. Que esos movimientos se sienten especiales cada vez...como si cada vez que pasara fuese la primera vez.

Nadie me dijo que llegaría a desarrollar una relación con mi bebé aún antes de que naciera. Que conocería sus patrones de sueño, su posición favorita, sus gustos de comida, de música...Que tendríamos un nexo tan fuerte que sobrepasaría la lógica médica.

Nadie me dijo que me darían tantos consejos, que yo los escucharía y sin embargo que muy dentro de mí sabría que tengo todo lo que necesito para criar al bebé...que Dios me había dado el milagro y también las herramientas para criarlo.

Nadie me dijo que comprendería a mis padres desde otra perspectiva, que comprendería el amor que me tenían. Que miraría hacia atrás y por fin entendería aquella pela que me dieron por robarme un pastelito de la paila aquel 24 de Diciembre.

Nadie me dijo que estar embarazada sería tan fabuloso, que cada malestar, cada preocupación, cada desvelo lo haría con una sonrisa en los labios. Que secretamente me sentiría tan feliz por perder mi cintura, por perder control sobre mi cuerpo. Nadie me dijo tampoco que no tiene que ver con el cuarto del bebé o con el privilegio del parqueo reservado en El Multicentro. Nadie me dijo que tiene que ver con aquella vida que crece dentro de ti, hembra o varón?...que importa, importa su salud, su bienestar...todo eso por encima del mío propio.

Nadie me dijo que encontraría un nuevo significado a la palabra amor. Que podría comprender la grandeza del sacrificio de Dios que dio a su único hijo para salvarnos. Nadie me dijo que de repente mi vida, mi corazón estaría dentro de otro cuerpo. Nadie me dijo que me despertaría en las noches, sentiría patear a mi bebé y una ola de amor tan grande me arroparía que tendría que llorar para dejarla salir...que tendría otra visión del mundo, de la importancia de las cosas, que mi mundo, mis prioridades, inclusive mi propósito en la vida cambiaría.

Nadie me dijo nunca que miraría hacia atrás, vería todo el sufrimiento de esos 6 años de batalla contra la infertilidad y me diría a mi misma...vaya si tuviese que hacerlo todo de nuevo...no cambiaría una sola lágrima, no cambiaría los tropiezos...no cambiaría nada de mi historia...lo haría todo exactamente igual. Porque el resultado final, ese bebé que hoy patea mi vientre ha hecho que todo valga la pena.

No puedo esperar esos primeros minutos de vida cuando lo pongan en mi pecho, cuando comenzemos un camino juntos...talvez no tan juntos como ahora, pero definitivamente un camino que fue creado en el cielo, un lazo que nunca nada ni nadie podrá romper...una historia de amor bendecida por el mismo Dios.

Si me preguntan...creo que aquello que nunca me dijeron sobre el embarazo ha sido la parte más divertida, la más mágica, el verdadero milagro. Es aquello que muchos han pasado desapercibido y que yo me llevo de esta jornada, mi verdadero regalo.

Comentarios

Ginnette dijo…
Y nadie va a saber decirte que se siente cuando ese bebe esté en tus brazos. Incomparable.
Dunia dijo…
Bueno, amiga, Usted me ha hecho llorar mas de una vez.... Dios es bueno y recompensa al justo, en su justo momento, ni mas ni menos.. yo que he sido una de las que mas ha disfrutado el "frustre" del otro cuando le dices "Y para que quiero saber el sexo? Dunia me compra un par de lazos y ya está si es hembra"...y que me gozo cada vez que una persona te pregunta algo y tu le dices una frase salida del mas "rocaizquierdismo ilustrado"... Estoy disfrutando este(a) bebé igual q a mi ahijada Ianka, y sé que igualemnte será una fiesta de alegria en mi corazón cada vez que lo(a) vea...
Anónimo dijo…
Me has hecho llorar, tengo tanta ilusión de ser mamá, pero no he podido... Sigo teniendo fé que Dios nos bendecirá con un bebé sano. Espero me ayuden a orar para que ese día llegue pronto.


Yesenia.
Anónimo dijo…
Me has hecho llorar, tengo tanta ilusión de ser mamá, pero no he podido... Sigo teniendo fé que Dios nos bendecirá con un bebé sano. Espero me ayuden a orar para que ese día llegue pronto.


Yesenia.
Anónimo dijo…
wow !!me quede impactada de la forma de describir tu felicidad de embarazo.. felicidadesssssss

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