La maternidad definitivamente nos cambia la vida, nos exhorta a verla desde otra perspectiva, una perspectiva mucho más pausada, más sabia. Sin importar cuantos libros leas, cuantos consejos anotes y cuantas sesiones de parent coach tomes, siempre te preguntas si estás haciendo las cosas bien.
Resumir lo que como padres queremos para ti y tu hermana (que viene en camino) es sencillo:
1. Amor a Dios, a tus padres, a tu familia y a tus seres queridos.
2. Respeto, responsabilidad, humildad y sensibilidad ante el mundo que te rodea.
3. Valentía y perseverancia ante los retos de la vida.
4. Honestidad en todo aquello que hagas, que la verdad sea siempre la almohada sobre la que duermas.
5. Espontaneidad, autenticidad y chispa que destellen de tu ser para que se conviertan en luz del mundo.
6. Confianza ciega en tus padres...siempre, sin importar la situación que comprendas que nuestros brazos estarán allí como puerto seguro para recibirte, apoyarte y guiarte por la senda correcta.
Que sencillo no??? pero como saber que hacemos lo correcto para llegar ahí? como asegurarnos de que a tus 4 años haz captado algo de lo que te hemos enseñado?. Así comenzamos a buscar señales en el día a día que nos indiquen que estamos encaminados por el camino correcto o que necesitamos hacer ajustes.
En el día de ayer experimenté como madre, uno de los mayores momentos de orgullo, fue ver como nuestras enseñanzas van dando sus frutos. Te dije que quería peinar tu pelo y comencé a buscar el cepillo para hacerlo. Luego de casí una hora de búsqueda donde expresé varias veces "Dónde habrá puesto tu padre el cepillo?", te acercaste a mi con tu carita preocupada y me dijiste:
- "Mami, tengo que confesarte algo terrible que hice, se que te enojarás conmigo" (en ese momento olvidé que buscaba el cepillo y controlé el deseo de asaltarte con mil preguntas tal como me han aconsejado miles de libros y mi parent coach). "Mami, se que aunque estés enojada conmigo tu nunca dejas de amarme...YO escondí el cepillo porque no me gusta peinarme, está debajo de uno de los cojines del mueble de la sala, se que no debí hacerlo...me perdonas?".
Debo confesar que en aquel momento tuve que contenerme para no abrazarte y romper a llorar de orgullo!. Debo admitir que tuve que hacer uso de todo mi auto-control para no salir al balcón y gritar a los cuatro vientos lo que habías hecho. De hecho por un instante ni siquiera sabía exactamente que te contestaría porque no hay libros que te preparen para una confesión espontánea.
- "Wow Francesca, que orgullosa estoy de que me hayas dicho lo que hiciste, estuvo mal porque sabes que es necesario peinarse y porque mami estuvo mucho tiempo buscando el cepillo, pero Mami está orgullosa de que hayas confiado en ella para decirle lo que hiciste aunque sabias que talvez eso te iba a costar un castigo. Eres valiente, honesta y eso a mami la llena de muchísimo orgullo".
Tu respuesta me dejó aún más perpleja, me saco el aliento...
- "Mami claro que se que puedo confiar en ti...tu nunca dejas de amarme aunque estés enojada...si quieres me puedes poner a pensar que aunque llore y tu pongas cara de enojo se que nos seguiremos queriendo siempre".
De verdad que me costó mucho ponerte a pensar y seguir el protocolo de castigos, como madre se que era mi responsabilidad enseñarte que en la vida todo tiene una consecuencia. No lloraste, en tus 3 minutos mantuviste silencio y al salir dijiste "Mami no lo volveré a hacer...yo no estoy triste" y yo te dije "Y ya yo no estoy enojada".
- "Eres la mejor madre del mundo"...
En ese momento pudo haberse detenido el mundo y no me hubiese dado cuenta...comprendí que sea lo que sea que estamos haciendo aparenta estar dando los frutos correctos, que estamos en la senda del balance perfecto para nuestra familia.
Sigue creciendo así...que Dios te colme siempre de sabiduría.
Tu mami...(la que siempre te ama aunque tenga cara de enojo)
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