Como muchos de ustedes saben fui diagnosticada con Infertilidad Secundaria y Pre-Diabetes unos pocos meses luego de mi matrimonio en el año 2001. Lejos de lo que puede hacer a tu autoestima como mujer este diagnóstico existe un daño más permanente que se mantiene escondido y no es sino hasta mucho tiempo después, cuando crees que has burlado al monstruo, que este daño asoma a la superficie y te hace notar que la infertilidad ha cambiado para siempre tu vida.
Para mi la lucha contra la infertilidad tuvo varias etapas. La primera fue de desconcierto, de miedo, de terror hacia un futuro incierto. La segunda etapa fue de ira y resentimiento hacia Dios, me pregunté a mi misma por innumerables noches qué había hecho yo para merecerme pasar por aquello. La tercera etapa fue de aceptación, esta etapa vino cuando tuve mi encuentro personal con Dios y comprendí que aquello que me ocurría no era "mala suerte" o "que estaba azarada" o "que Dios se la había cogido conmigo".
Sin embargo, lejos de que la etapa de aceptación fuera la última...pasé por una última etapa y era la de "Dejar Ir". Esta no vino sino hasta hace aproximadamente unos 2 años donde otro evento en mi vida me enseñó que hay cosas que deben dejarse y esperar pacientemente el tiempo de Dios. Luego de pasarme años frente al computador, leyendo todos los artículos que pude, todos los tratamientos que pude, yendo a todos los médicos que pude...al punto donde puedo discutir con cualquier profesional de la salud temas de infertilidad a un nivel técnico y poder comprender y debatir el 100% de lo que me dicen, me di cuenta con gran asombro que sin importar cuanto supiera del tema o que procedimiento estaba dispuesta a sorportar al final Dios tenía la pluma con la que escribía la historia de mi vida, mi plan de vida, mi propósito.
Acatar el plan de Dios no es cosa fácil y recuerdo aquella tarde de verano hace dos años cuando un Dr. (cuyo nombre me reservo pero la crema de la crema en infertilidad en este pais) me dijo en su consultorio "Sra. mi recomendación en su caso es un procedimiento conocido como Fertilización In Vitro para poder quedar embarazada", luego de leerme las "ventajas" de dicho procedimiento vino la parte que me hizo forzosamente aprender a dejar ir "El costo es de unos 3 a 7 mil dólares". Claro está que multiplicados por 34 hacían una suma de dinero que ni mi esposo ni yo teníamos.
Recuerdo que me sentí tan desilusionada...ese día dije "Dios que sea tu voluntad, al final yo esto aquí para cumplir tu plan no el mío y si en tu plan no esta que yo conciba entonces aprenderé a vivir con ello". Mi problema médico continuó, así que no espere escuchar una historia milagrosa de que fui curada o algo así. Decidí ir a otro Dr, esto porque ya había escuchado el nombre un par de veces, el seguro médico lo aceptaba y recuerdo que le dije "Dr. estoy aquí porque quiero tener un bebé, este es mi historial médico, solo que no tengo dinero", el Dr me contestó "no se preocupe, haremos lo que mejor podamos con los recursos que tenga".
Salí esperanzada pero la verdad dentro de mi corazón tomé una decisión bien difícil, digamos que me resigné y decidí que había pasado ya mucho tiempo tratando de batallar la voluntad de Dios y que me dedicaría a vivir mi vida. Exactamente eso fue lo que hice, cada día me despertaba y decía "Señor que se haga tu voluntad y no la mía", al principio derramaba lágrimas, luego esto me fue dando mucha serenidad. Eso sí decidí que yo viviría mi vida al máximo, por ejemplo comenzé a jugar volleyball, a salir con mis amigas, a asistir a baby showers y hasta de vez en cuando me animaba y me tomaba un vasito de cerveza o comía Sushi. Aunque parezcan cosas tontas eran cosas que no hacía por temor a "que tal si estoy embarazada"
Recuerdo una amiga muy querida que un día me comentó mientras almorzábamos "Oye sabes que ayer le pregunté a Papa Dios que por qué se estaba tardando tanto contigo" y me sorprendió escucharme decir "Hay que recordar que el tiempo nuestro no es el tiempo de Dios". Hoy cargo en mi vientre el fruto de lo que considero mi milagro personal, llegó cuando cerré mis ojos y me entregué a vivir el Plan de Dios, vino en el ciclo donde no había bebido mis medicamentos de fertilidad porque me iba de viajes y no me iban a poder monitorear, vino cuando no hubo encuentros programados, vino...sencillamente cuando el tiempo fue el correcto.
La infertilidad que me fue diagnósticada hace años fue y será siempre parte de mi vida. Sin embargo el haber tomado la decisión de vivir este proceso y aceptar el plan de Dios me ha hecho más fuerte. Aún hoy hay días en los que me siento "culpable" por disfrutar este milagro, en los que pienso que estoy viviendo un sueño de esos tantos que tuve, o simplemente días en los que tengo miedo de que las cosas no salgan bien. Esos dias son en los que realmente me doy cuenta cuanto puede robarte un diagnóstico, como tu felicidad plena puede arrebatársete aún antes de que te llegue. En esos dias miro al cielo y con alegría digo "Señor que se haga tu voluntad y no la mía". La diferencia es que ahora veo las cosas de mi vida a través de un plan que fue escrito por Dios, un plan que no conozco, que hay veces parece descabellado o sin sentido, pero ahora, matizado todo por mi Fé se que El y solo El sabe el dónde, el cuándo y el por qué de las cosas.
Si algún día te sientes abrumado, presa de la incertidumbre, puedes descanzar seguro sabiendo que Dios está allí, que el escucha nuestras oraciones y siempre responde a ellas. La respuesta puede no venir cuando la pidas, puede no ser lo que esperabas, sin embargo esa respuesta es la idónea aunque todo lo demás parezca indicarte lo contrario. Dice Colosenses Cap. 1 Ver. 16 "Porque todo, absolutamente todo en el cielo y la tierra, visible e invisible...todo comenzó en El y para los propósitos de El".
Comentarios
Gran enseñanza... cuánto daría por que mi hermana pudiese escoger la voluntad de Dios (ella tiene problemas para quedar embarazada).
Me alegro tanto por ti!!!
Y disfruta de esos días... y cuando te invada el pesimismo mira al cielo y agradece a Dios por su voluntad!
Besotes!
El año pasado tuve fuerte problemas de salud y un diagnostico que me ha mantenido en altas y bajas. Gracias por este, tu mensaje. Lo senti como un abrazo.
tan es cuestion de creer y todas nuestas peticiones se haran realidad. nunca pierdas tu fe, por que el cielo y la tierra pasara mas su palabra no pasara...
besos mil desde mis luces...
Un fuerte abrazo.
Que Dios te bendiga!!!! Y Felicidadez mama...