Hoy es miércoles de ceniza y se da inicio a la cuaresma. Esta época siempre trae consigo un recuerdo muy agradable sobre la primera vez que decidí hacer un sacrificio de cuaresma (Gracias a Eliana que con su mensaje en Facebook me hizo recordar una vez más sobre esta historia).
Cuando tenía unos 13 años aproximadamente comenzé a leer mucho sobre Dios, sentía una fascinación con aquel que había sido capaz de crearnos. Mis padres siempre permitieron en mi casa la libertad de culto, ambos de tendencia católica nunca quisieron imponer sobre mi hermana o sobre mí una religión en particular. Sin embargo, seguir las tradiciones cátolicas en mi casa era el pan nuestro de cada día. Es por esto que desde que se daba inicio a la cuaresma comenzaba el famoso "no se come carne ni miércoles ni viernes".
Un día de esos donde se me revolteó el rebelde sin causa que todo joven llevaba dentro, cuestioné a mi mamá preguntándole porque esa idiotez de no comer carne. Recuerdo que le dije que para mi eso se lo había inventado los dueños de las fábricas de arenque y bacalao para que aumentaran sus ventas. Fue allí cuando escuche la palabra sacrificio por primera vez. Mami me explicó que no era el no comer carne sino más bien que durante la cuaresma se trataba de ofrecer un sacrificio como una manera de reflexionar y vivir en carne propia el sacrificio que el propio Jesús vivió para nuestra salvación.
Tengo que admitir que mami era muy buena mercadóloga (aunque nunca fue a una universidad) y bueno me vendió la idea del sacrificio muy bien. Ese día decidí que yo haría un sacrificio de cuaresma y bueno decidí "que no comería ningún dulce o postre durante la cuaresma" (esto era un super sacrificio porque yo siempre he sido débil con un dulce). Pues bien....todo iba marchando a la perfección hasta que un día en Febrero me dice mi mamá "Karolyn, recuerda que hoy se inicia la cuaresma y no puedes comer dulces". Yo con voz apagada y cara de asombro le digo "pero Mami...la semana santa esta muy lejos aún" a lo que ella, soltando una carcajada responde "mi hija...la cuaresma dura 40 dias y se inicia el primer miércoles de ceniza".
Por mi desconocimiento había pensado que la cuaresma era solo la semana santa y había hecho mi promesa aquella mañana en la misa del primer miércoles de ceniza. Claro está, pasé mis 40 dias sin comer dulces ni postres y vaya sacrificio que fue aquel. Sin embargo, hoy años más tarde, aún recuerdo con una sonrisa aquella primera cuaresma de sacrificio y como marcó mi vida espiritual.
Cada año planifico cuidadosamente el sacrificio de cuaresma que voy a ofrecer y el tema sobre el cual voy a reflexionar durante la misma. Para mi la cuaresma es un tiempo de reflexión, de re-encuentro con uno mismo y, por qué no, de sacrificio y alabanza. Digamos que lo considero mi momento personal con Dios, donde evaluamos nuestra relación y marcamos el rumbo de hacia donde vamos. Me gusta dar gracias especiales por las bendiciones recibidas y aquellas que están por venir. Es el momento de pedir una guía, momento de entregarse y dejar que la serenidad te envuelva, que tu Fé se recargue y que tu relación personal con El se fortalezca.
Los invito a tomar esta cuaresma para centrar sus vidas, evaluar su relación con Dios, recargar su Fé. Verdaderamente es maravilloso poder renacer en nuestra Fé cada año, comprender que lo verdaderamente importante no vive en cuentas de bancos o carros de lujo, entender que talvez eres el hombre más rico del mundo y no te has dado cuenta. Si comes carne o no carece de importancia....realmente para Dios cada sacrificio es único pero lo verdaderamente importante no es el sacrificio en sí sino más bien la transformación que se obra en tí.
Feliz inicio de la cuaresma!!!
Comentarios
Un abrazo.
Me tomé el atrevimiento de pegar este precioso testimonio en un encarte dominical que se publica en Diario Católico de Venezuela.
Es un periódico de provincia, pero es el único impreso católico de circulación diaria con que cuenta América Latina.
Sólo puse la dirección de tu blog porque no vi tu nombre, pero asumo que es Karolyn. El texto es conmovedor; en verdad muy bonito.
UN abrazo,
Carlos Zapata
Corrector de Estilo - Diario Católico
Ingeniero.carlos@gmail.com